Cambios de flitro

Filtro de aceite: su función es retirar las partículas contaminantes del aceite. Estas partículas pueden ser residuos de combustión, partículas metálicas o suciedad. La suciedad excesiva en el filtro del aceite impide la normal circulación del mismo lo que puede ocasionar un desgaste prematuro del motor y potenciales averías. Una mala filtración del lubricante puede provocar un desgaste rápido del motor.

Filtro de aire: es el pulmón del motor. La suciedad excesiva en el filtro de aire lleva consigo la disminución de las prestaciones del motor y un aumento del consumo de combustible. Un filtro de aire en mal estado puede generar dificultades en el arranque, mayor consumo de combustible, reducción de prestaciones y humos negros en el escape.

Filtro de combustible: impide que las impurezas contenidas en el combustible lleguen al circuito de alimentación, protegiendo así al sistema de inyección, tanto diésel como gasolina. Es importante tener en cuenta que los motores diésel necesitan una filtración más fina y una ausencia total de agua en el combustible. Los filtros de combustible, de no cambiarse conllevan aumento de polución, disminución de prestaciones del motor, consumo elevado de combustible y costosas averías principalmente en los vehículos diésel.

La duración de todos los filtros depende de las impurezas del combustible y el lubricante, de los trayectos urbanos que se realicen y del kilometraje del automóvil.